Es un proyecto que además de preocuparse por la complejidad espacial, atiende al contexto y a la preservación del paisaje, gracias a la sencillez de sus materiales y la sobriedad de sus acabados, obtenidos del sitio.
La madera, obtenida del árbol «cryptomería», un tipo de conífera de los cipreses que puede llegar a tener 70m de alto y 40 de ancho, es abundante de en la zona. Y es aplicada de manera tan sencilla que genera un interesante efecto visual, tomando en cuenta que este habitáculo se encuentra dentro de un entorno natural en Kumamoto, Japón, logrando una armonía con su función.
El volumen esta emplazado sobre un corte de plataformas que aprovecha la vista al río Kuma de Kumakura, frente al templo Shibatatelime.
Esta vista es aprovechada por la fachada sur, además de ser favorecida por el asoleamiento, por lo que busca abrir espacios mayores para la iluminación del espacio. Al igual que una quinta fachada en la parte superior del cubo.
Un proyecto que a pesar de estar acotado por la forma de un cubo, es indeterminado en sus espacios por la versatilidad de los módulos de madera, adaptándose a su contexto y contribuyendo en gran medida a un bajo impacto ambiental y a su sostenibilidad construida. Logrando una arquitectura conceptual y una nueva forma de habitar el espacio.