Muchos críticos las utilizan como medio de comunicación, para dar a conocer su punto de vista en una obra determinada, otros arquitectos simplemente para publicar su trabajo. Muchos hambrientos del lenguaje arquitectónico, las compran por conocimiento. En realidad, la mayoría de las personas que compramos ciertas revistas de arquitectura, lo hacemos por curiosidad, por saber y tratar de entender lo que está pasando en nuestro mundo contemporáneo.
La revista “VIA-Arquitectura”, se enfoca no solamente en las obras arquitectónicas, sino en todo aquello que puede afectar en determinado momento a la propia arquitectura. Trata de participar al mundo de hoy, en distintos rubros, manteniéndolo al tanto de lo que pasa en nuestro ahora, mundo globalizado.
Enlista y analiza temas importantes, partiendo como punto focal en la arquitectura. Estos temas son:
«Arquitectura reciente de distintos lugares», «Proyectos de fin de carrera de determinados arquitectos», «Nuevas corrientes arquitectónicas», «Infraestructura», «Paisajes», «Luminiscencias», «Exteriores e interiores», «Espacios urbano», «Individualidad», «Agua», «Celosías», «Eco tipos / eco-arquitectura», «Patios», «Climas», «Habitats», «Premios» y «Menciones».
El hecho de que tome temas como proyectos de fin de carrera de ciertos arquitectos, paisajes, agua y celosías me llama la atención de esta revista en particular. No se olvida de la idea de que el punto focal es la arquitectura, pero en comparación con otras revistas, toma estos temas y se enfoca en ellos para complementar un todo.
He leído el tomo de luminiscencias, y gracias a él, el rumbo de mi carrera dio un giro. En esta revista en especial, se habla de iluminación con todos sus componentes, sus pros y sus contras, menciona intenciones y como legar a ellas sin olvidar que atribuye a la arquitectura, y gracias a ello, fue que empecé a interesarme en este ámbito. Por primera vez, entendí que un arquitecto no solo se puede basar en espacios para complacer al hombre, sino que ayudado de estos espacios, se pueden crear ambientes e intenciones por medio de la iluminación. Entendí que cada lugar bien entendido, te dice a gritos lo que necesita y que no solo con muros, vanos, puertas y ventanas se puede lograr.
Aprendí, a ver la arquitectura no solo por medio de los ojos, sino también por medio del espíritu, y que aunado a las intenciones que se quieran dar, puede enriquecer o desvalorizar a la arquitectura.
No me cabe la menor de duda, de que existan muchas personas como yo, que después de haber leído esta revista, le haya encontrado importancia a otros temas de los que nunca había pensado, enfatizando así una parte de arquitectura.