Ubicado en Bowery, El Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York fue creado para contener y exponer diferentes colecciones de arte al igual que sirve para buscar nuevas ideas.
El edificio cuenta con una altura de 54 metros y asemeja a un grupo de cajas sobrepuestas en respuesta a las condiciones del sitio y las necesidades del programa que el museo tenía que cumplir. Espacios que fuesen flexibles, amplios y que tuvieran la capacidad de adaptarse a las necesidades de cada exposición.
La fachada de malla metálica sirve de objeto visual agrupando la volumetría por completo y dándole un sentido de unidad al igual que busca una relación del espacio exterior con el interior. Existen unas cuantas ventanas detrás de esta malla las cuales casi pasan por desapercibido y que generan efectos de luz muy interesantes a través del día. Al igual que estas ventanas, existen tragaluces en distintas secciones del edificio que iluminan naturalmente ciertos espacios sin afectar las colecciones expuestas. En contraste con los niveles superiores, el acceso principal se encuentra completamente cubierto por un ventanal que busca la transparencia del interior, mostrando su espacio al espectador de la calle, creando un espacio transitorio del exterior con el interior.
La estructura está compuesta por armaduras de acero que permiten tener espacios libres para cumplir con las necesidades del programa, el núcleo de circulaciones, en concreto también funciona de estructura y como columna del edificio.
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