En 1949 las cosas no eran como hoy las vemos, no era común ver elevadores en todos los edificios, sólo eran algunos los beneficiados, que por lo general se trataban de edificios de lujo. Mario Pani trajo este «lujo» a los conjuntos habitacionales, porque eran una necesidad para construcciones de esa magnitud y porque quería demostrar que la modernidad era para todas las clases sociales.
Asi fue como se propusieron 20 elevadores para el edificio en zigzag distribuyendo dos en cada cabecera, logrando que los recorridos de la puerta de la casa a la puerta del elevador no fuera de mas de 30 metros. Para ese momento a la gente le pareció una maravilla, algo que nunca hubieran pensado tener, aparte de la belleza que manejaban teniendo una reja corrediza de bronce y un elevadorista llevando a todos los habitantes a su piso. Hoy en día 60 años después de construido el conjunto ha hecho que el propio desgaste fuera acabando con esas maravillas de un principio y no hablo sólo de los elevadores, también pasó con los ductos para incineración de basura, las calderas o la estación de radio, pasó el tiempo y se olvidó.
Eran novedosa la manera en que iban a trabajar estas máquinas porque no tendrían que estar recorriendo todo lo pisos, si no que sólo tendría que para cada tres pisos porque era donde existían las circulaciones horizontales que distribuían a todos los departamentos, eso eficientaba el funcionamiento del elevador pero también provocaba un mayor congestionamiento dentro.
Los elevadores fueron sustituidos por unos más pequeños y al parecer de mala calidad, ahora siempre alguno de los dos está descompuesto por lo que su eficiencia se ve disminuida; pero otro de los problemas que surgió en estos espacios fue el abandono de unos y la apropiación de otros, lo que pasó con algunos elevadores abandonados por la falta de mantenimiento fue que ese espacio dejo de funcionar para lo que habia sido hecho, por los altos costos que representaba el mantener varias maquinas funcionando al mismo tiempo y darles un mantenimiento constante; y algunos vecinos decidieron darle un nuevo significado aprovechandose de la falta de interés y asi convertirlo en un espacio comercial privado.
Los vecinos interesados están en constantes pláticas para mantener en buenas condiciones el conjunto, pero para que esto funcione se deben de integrar poner de acuerdo todos, se quiere que todos los elevadores estén funcionando pero eso representa que se este cobrando una cuota por departamento mas alta que tal vez la mayoría no esté dispuesta a pagar, porque es ir sumando detalle tras detalle por el que se tiene que cuidar para mantener, tal vez eso nunca lo pensó Pani al diseñar la «modernidad», no consideró que las cosas llegarían un tiempo que terminaran su vida , que se volvieran obsoletas o que simplemente dejaran de funcionar algún día y que todo eso requeriría arreglos que ya no iban a ser hechos por el gobierno, si no por las personas que lo iban a habitar.
Imágenes tomadas del libro Modernidad habitada, Multifamiliar Miguel Alemán y «rumores y retratos» de Graciela de Garay, Editorial Historia oral
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