La Embajada de México en Berlín es un proyecto que surge ante la necesidad del Gobierno de México de realizar un edificio que tuviera una imagen inconfundible y que al mismo tiempo quedara registrada en la memoria urbana de Berlín. Por ello se invocó a un concurso en 1997 en donde seleccionaron como ganador la propuesta de los arquitectos Teodoro González de León y Francisco Serrano.
El edificio si es analizado por sí mismo es muy interesante por múltiples razones; entre ellas el manejo de luz, dinamismo en su fachada, aprovechamiento de la azotea, sus vistas, y su estructura. Sin embargo se encuentra situado en el barrio diplomático de Tiergarten donde se encuentran iconos de la arquitectura contemporánea, edificios característicos y sobresalientes que opacan el proyecto de Teodoro González y Serrano.
La embajada de México ignora a sus vecinos, es decir los arquitectos no tomaron en cuenta el contexto para la realización del proyecto. El asoleamiento, las vistas que se podían generar, los edificios emblemáticos colindantes fueron algunos de los aspectos no considerados en el proyecto. Sin embargo Teodoro y Serrano se enfocaron en su objetivo: generar un edificio con una imagen que representara dignamente a México, cumpliendo satisfactoriamente con este objetivo.
Su fachada dinámica y su cilindro interior proporcionan el impacto suficiente para ser recordada y catalogada por cualquier persona que la visite o vea.
Además sus cuarenta pilares verticales de la fachada se inclinan hacia adentro y se abren hacia la entrada como si fueran una cortina que invita a entrar. Este es un gran acierto del proyecto ya que su simple composición enfatiza el acceso principal.
El concreto cincelado como material predominante, el blanco de su fachada y su diseño abstracto logran que el edificio resalte por su simpleza y limpieza.
No hay que olvidar que el sistema constructivo empleado fue un tanto innovador y atractivo ya que se construye la estructura del edificio cargando la proporción de la carga de la fachada por medio de andamios. Posteriormente se coloca la fachada y al quitar el andamio los parteluces inician su labor estructural.
Por otro lado, otro acierto del proyecto es su indistinguible cilindro, ya que además de alojar las circulaciones verticales y brindar una interesante iluminación contiene un jardín interior escalonado que proporciona un ambiente agradable dentro del edificio además de ser el centro de reunión y adaptarse a las múltiples posibles actividades.
Con respecto al programa arquitectónico, la embajada se encuentra muy bien organizada ya que concibe los espacios de públicos a privados. Conforme vas subiendo de nivel las actividades son gradualmente jerarquizadas, por ello en los pisos superiores se ubican la Cancillería, el Consulado y el Instituto Cultural y en el sótano se localiza el estacionamiento y servicios diversos.
En conclusión, La Embajada de México cumple con su objetivo al ser un edificio característico y contar con varios elementos que le proporcionan una riqueza arquitectónica. A pesar de no tomar en cuenta su contexto, es catalogado y ubicado por personas de diferentes partes el mundo logrando así ser un icono de la arquitectura contemporánea mexicana.
QUE MAS PUEDO DECIR, NO SOLO HAY QUE PREMIAR LA TRAYECTORIA, HAY QUE PREMIAR LA LUCIDEZ Y LA ARQUITECTURA CON RITMO, SABOR, FUNCION, TANTAS COSAS QUE PUDIERON LOGRASE EN ESTE PROYECTO, QUE SE DEJA UNA FIRMA, PERO NO SOLO SE REQUERIA DE ELLA, SE DEBIA SER EMBLEMATICO Y DAR OPORTUNIDAD A NUEVOS VALORES DE ARFQUITECTOS EN MEXICO, DESEOSOS DE EXPLORAR Y TENER UNA IDENTIDAD PERO CON SU IMAGEN DE PAIS, NO SOLO COMO ARTISTA. NO ME HAGAN ESO CON MI MAESTRO. PARECE QUE NO LE FUE BIEN, REQUERIA MAS PESO EL PROYECTO.