El 11 de diciembre de 1897, siendo presidente Porfirio Díaz, se inauguró el servicio de ferrocarril en Cuernavaca, Por décadas, el servicio del ferrocarril fue uno de los principales medios de comunicación en Morelos, al conectarse con el Distrito Federal y Guerrero, hacia los años 70 la vía que recorre la ciudad desde la zona sur hasta la zona poniente se detuvo debido a la huelga de trenes que exigía mejores tarifas. Tanto la mercancía como los pasajeros buscaron una alternativa de transporte.
La infraestructura urbana quedo inutilizada, incluso volviéndose un problema vial ya que cruza dos de las más importantes vías en la ciudad de México, su traza fue pensada no específicamente para acortar tiempos, quedando así una frontera que atraviesa tanto zonas comerciales como habitacionales. Por otro lado, en esa misma zona existen los más diversos asentamientos humanos en constante demanda de áreas verdes para el recreo y esparcimiento. Por un lado encontramos núcleos de población de origen prehispánico como lo son los pueblos del sur de la ciudad y por el otro los sitios más modernos de la ciudad capital en los que transcurre la vida cotidiana de la población con mayores ingresos. A lo largo de este espacio también encontramos múltiples asentamientos irregulares de muy reciente creación tanto en zonas urbanas como rurales. Un ejemplo de esto es la existencia de tres tipos de ciudad; la antigua y rural representada por pueblos como el Ajusto y la delegación Magdalena Contreras. La ciudad moderna en la que conviven rascacielos y centros de negocio como el corredor Polanco Reforma y la ciudad de la pobreza caracterizada por los asentamientos no planeados en las colonias y pueblos de la periferia.
Hacia el año 2005, se inaugura la ciclopista de la Ciudad de México, buscando aprovechar estos espacios, sin embargo los trayectos intermitentes hicieron que los visitantes prefirieran usarla no como una línea de espacio público sino como fragmentos de una traza que por su dimensión no facilitaban ninguna actividad, el encuentro con el tránsito vehicular a lo largo de la vía demandaba lugares de descanso, de recreación, “Cada intervención urbana debe tener su complemento/continuidad de equipamiento, de diseño, de actuación social y cultural, de mejora ambiental, de seguridad ciudadana, de generación de empleo. No es posible sólo hacer obra pública de cemento, es necesario complementarla con obra social de cultura y gobierno” *
Todo tiene un punto de partida y un desenlace, en este caso el inicio es justo donde la última estación de ferrocarril se encontraba, plaza Carso.
El objetivo principal, no es mas allá que tomar en cuenta que en el contexto industrial de la zona no hace falta un edificio más que nos haga emblemática una zona, sino entender la necesidad de un centro cultural que sea amable con la ciudad y no se cierre hacia el interior. Un parque donde la gente pueda usarlo y recorrerlo con fines laborales, recreativos o de compras.
*Alfonso Sanz, «Calmar el tráfico». Centro de Publicaciones de los Ministerios de Fomento y Medio
Ambiente, Madrid España. (se puede adquirir en Paseo de la Castellana 67, 28071 Madrid
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