La ciudad de León, en la parte norte de España, es una ciudad de alrededor de 135,000 habitantes, que tiene la fortuna de albergar uno de los museos de arte más importantes del momento.
Es indiscutible el impacto que tiene el MUSAC sobre el territorio leones y sus alrededores, ya que se ha convertido en uno de los referentes internacionales en arte contemporáneo. A lo largo de su existencia el museo ha recibido más de 500,000 visitas, casi cuatro veces más de la población de la ciudad de León. Tan solo el 51% de las visitas al museo han sido realizadas por parte de los locales, lo cual significa que en promedio todos los habitantes han visitado al menos una vez el museo en sus 5 años de existencia. No cabe duda de que el MUSAC tuvo un impacto positivo sobre la población de León.
La ciudad no es muy grande, tiene casi 12 km de extensión y 39 km2 de área. El territorio de León es mayormente plano, pero existe un ligero declive desde el Monte de San Isidro al norte y al este. De ahí desciende el río Bernesga, que atraviesa la población al oeste del centro, a tan solo tres cuadras del terreno del museo y por otro lado el río Torío, que delimita a la ciudad por el este.
La traza de la ciudad es irregular y su desarrollo no refleja una planeación específica, sino espontánea. Las vialidades se distribuyen por medio de glorietas que generan una gran variedad de caminos, vistas y formas a las cuadras. Los paramentos son un reflejo de la traza de las calles ya que en la mayoría de los casos se aprovechan los frentes hacia las calles y avenidas. Las construcciones en general no son muy altas, y en ocasiones cuentan con patios intermedios.
EL MUSAC se encuentra inmerso en el barrio de Eras de Renueva. El terreno cuenta con más de 20,000 m2 y se encuentra rodeado por 2 avenidas a sus costados y 2 calles de bajo flujo hacia el norte y sur del predio. La situación del terreno genera las posibilidades para desarrollar un proyecto de impacto que rompe con la homogénea ciudad.
Para el proyecto se aprovecho el interior del terreno para el edificio, dejando en todo su perímetro espacio público que se moldea a partir de las fachadas que cambian de dirección constantemente a lo largo del desarrollo del museo, bordeadas en ocasiones por zonas ajardinadas que dan un eco del magnífico edificio.
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