La Ópera de Oslo emerge de la costa como un iceberg donde se pierde la línea de separación entre el agua y la tierra.
Este centro artístico de cristal, acero y mármol, tiene una superficie total de 38.500m² y posee un auditorio principal con capacidad para 1.350 personas y otro más pequeño para 400 espectadores. La obra terminó su construcción en el 2007 y fue una creación de la firma de arquitectura noruega Snøhetta.
Para su construcción se emplearon cuatro materiales básicos: piedra blanca (techo), madera (pared), metal y vidrio (fachada).
El techo de la estructura está revestido de mármol italiano y contiene 36.000 piezas encajadas en sus 18.000m2. Esta piedra, al igual que los otros mármoles, mantiene su brillo y se estima que desde su inauguración 800.000 personas la han explorado completamente.
No se queda atrás su interior con 1.000m², recubiertos con roble y trabajado con carpintería fina (sistema tradicional de los constructores de barcos noruegos). Este material se puede apreciar en pisos, paredes, cielorrasos, reflectores acústicos, y el interior del auditorio. En este último se seleccionó la madera por su fácil manejo, densidad, estabilidad y gran atenuador acústico.
Para garantizar la durabilidad de la estructura fue necesario implementar un panel plano de aluminio, el cual fue perforado con segmentos convexos y cóncavos. Se elaboraron 8 paneles diferentes que cambian su intensidad y color dependiendo del ángulo que se emplee.
En la fachada de la estructura predomina el vidrio, lo que destaca todos sus puntos (sur, oriente, occidente, norte). Para darle soporte a la vidriera que alcanza los 15m de altura, Snohetta decidió usar aletas de vidrio con refuerzos de acero entre los laminados. Además incorporó 300m² de paneles solares que aseguran el sostenimiento energético del edificio durante la temporada de invierno.
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