El punto del proyecto era reubanizar un área que hoy ha perdido la mitad de la población y juntar lo que el tren elevado ha separado en dos partes, creando un volúmen con el mínimo de edificación.
El crazón del campus es el objeto de este proyecto, creando una densidad prográmatica, de forma que el edificio contenga y represente la propia condición urbana. La red de flujos que ya se encuentra de los estudiantes, que van de las zonas recidenciales a las académicas, se canalizan a través del nuevo edificio, de modo que las multuples actividades quedan diferenciadas en calles, plazas e islas urbanas. Dentro del programa se encuentran servicios para los estudiantes (lila: cubículos de estudio, baños, radio), oficinas (verde fuerte: administración del campus, del edificio, correos…), tiendas (morado: libreria, coffee shop, copias…), centros de reunión (rosa: sala de juntas, auditorio), alimentos (azul: restaurante universitario, cafetería), áreas verdes (verde) y circulaciones (rojo) con áreas de esparcimiento (naranja: lounge, recreación).
Con esta diversidad de usos se prentende que el edificio funcione las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
El principal elemento unificador es la cubierta, losa de hormigon que protege al edificio del ruido provocado por el tren elevado, este se envuenlve en un tubo forrado de acero inoxidable acústicamente aislado. Así se convierte en una parte fundamental e imagen del centro del IIT.
Se conctruye una fachada urbana de vidrio hacia State Street.
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