MOTIVO Y ARQUITECTURA

Para poder concebir una obra arquitectónica se requiere de un proceso creativo guiado por una idea o concepto. Este, comúnmente  responde a una necesidad específica o problemática a resolver y al momento en el que se crea. Al revisar la historia, vemos como esta idea que conduce la realización de la obra no solo responde a la problemática específica que se está resolviendo, sino que también responde al clima político, social y artístico del momento de su concepción. La postura que se toma en torno a este contexto le dará al arquitecto las pautas necesarias para estructurar su obra.

Desde el comienzo de la historia vemos como la ideología de cada población da forma a las obras arquitectónicas de las diversas regiones del mundo. Las religiones y filosofía propia de cada cultura han esculpido su entorno físico. Las poblaciones de la antigua región de Mesopotámia construyeron zigurates para adorar a sus dioses, como también los egipcios construían palacios dignos de ser el hogar de sus faraones. En Grecia, se construían edificios públicos que respondían a las reflexiones de los intelectuales y en Roma se construyó todo un sistema de acueductos por razones de salubridad e higiene pública. Durante la época gótica se construyen iglesias monumentales con el propósito de generar espacios altos para acercarse a Dios. Así, los ejemplos continúan hasta la actualidad. El entorno físico se concibe por medio de la necesidad de responder a nuestras necesidades tanto físicas como intelectuales y espirituales.

Desde  el S.XIX,  el entendimiento del individuo ha permitido el desarrollo de otro tipo de obras arquitectónicas. La necesidad de una religión o estructura política para proponer los motivos para realizar una obra ya no es esencial. En los últimos siglos, ha sido la necesidad de satisfacer una comodidad individual la que se ha convertido en la actividad principal del arquitecto. Esta especialización en el campo ha permitido que los arquitectos dejen huella de su propia identidad en el diseño de las obras. Es por medio de las mismas obras que nos dejan ver las ideas que los condujeron a culminar con ese diseño.

La estructura de una obra arquitectónica está íntimamente ligada con la idea o concepto bajo la cual se realiza. Siendo que la estructura de una arquitectura es el esqueleto sobre el cual se mantiene en pie la obra, es la parte más fundamental, valida y acredita la idea con la cual se creó.

Mies…

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