La arquitectura no se basa específicamente en la construcción en si, sino más bien en los vacíos y en la adaptación de éstos, a través de la interpretación de éstos mismos al convivir con el ser humano y su entorno. La estructura es un elemento que forma parte resistente y sustentante de una construcción. Toda estructura forma parte de los medios de la arquitectura, jugando un papel importante en la organización de los espacios.
De esta forma, la estructura puede ser considerada un espacio arquitectónico, pues gracias a ella se definen los lugares creados, adaptandose a estos. Todo espacio tiene que tener una relación armónica con la estructura, caracterizada por el orden, ritmo y conexión.
Hay ejemplos arquitectónicos en los que la organización espacial es independiente de la estructura y ambos pueden existir a la vez. Un punto importante en el arte de la arquitectura es elegir siempre la estructura correcta para así poder tener una conexión con el espacio. En la historia han habido varios ejemplos de la estructura como espacio arquitectónico; por ejemplo en la antiguedad se intentaban crear grandes espacios cubiertos sostenidos por columnas majestuosas y grandes estructuras, las cuales eran diseñadas para realizar diferentes representaciones. Esta gran relación entre la estructura y los espacios era también importante en las construcciones de catedrales e iglesias antiguas, ya que sus espacios eran identificados por grandes bóvedas estructurales, creando una protección y un hito en los espacios. La estructura delimitaba con muros de carga y vigas la organización espacial de las capillas y de las diferentes habitaciones creando dependencias celulares.
Existen varios arquitectos que se han dedicado a complementar la estructura con la creación de los espacios, incluyendo a Le Corbusier y a Mies Van der Rohe ya que proyectaron varias obras independizando la organización espacial con respecto a la estructura. Pero ambos también utilizaron la estructura como espacio arquitectónico, reservando la estructura limitada por espacios horizontales.
Un ejemplo que destaca del arquitecto Mies Van der Rohe, es la casa Farnworth situada en Ilinois, USA. Esta casa es considerada un icono de la arquitectura del Movimiento Moderno. La casa esta formada por dos plataformas rectangulares, una de ellas carece de muros y cubierta, la cual actúa como terraza, encontrándose separada del suelo por cuatro pilares de acero. La segunda plataforma se encuentra situada a 1.5 metros del suelo y sostiene a la vivienda mediante ocho pilares de acero.
Los espacios de esta casa están protegidos y divididos por pantallas de cristal de suelo a techo, careciendo de muros. Lo único que encontramos, es un núcleo de madera hacia el centro en el que se alojan dos baños, un armario y junto una cocina. En el resto del interior de la casa no se encuentran separados los espacios, aunque son diferenciales por el mobiliario. Esta casa cuenta con un gran lenguaje arquitectónico a pesar de su transparencia y sencillez, ya que esta elevada sobre el vacío, utilizando vigas blancas que funcionan como una pantalla que parece envolver el lugar, es decir lo espacios del vacío. La escasez de elementos en la construcción representa una síntesis del sistema minimalista de Mies, en el que se permite percibir el paisaje haciendo una conexión entre el interior y el exterior, entre lo público y lo privado.
Es por esto que podemos afirmar que la casa Farnsworth estuvo pensada en base a la estructura y al ambiente, creando los espacios conforme a esta, ayudando a enfatizar la inmaterialidad de la vivienda.
Como conclusión, creo que es muy importante la correcta relación entre la estructura y los espacios arquitectónicos, puesto que es difícil el poder lograr que ambos coincidan de una manera satisfactoria, es por eso que muchas veces la estructura necesaria para llevar a cabo una construcción no permite que sea compatible con los espacios ni con el estilo que se quiere llegar a lograr, por ello es fundamental lograr que estos coincidan de tal manera que sean compatibles y se logre con el estilo arquitectónico que se desea plasmar.
De esta manera, podemos concluir que la estructura es la que va a crear los espacios arquitectónicos, pues ésta es el esqueleto de la obra y en base a la estructura, los espacios se debe adaptar con armonía, ritmo, funcionalidad y sobretodo con belleza visual.
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