¿Podríamos imaginarnos Arquitectura sin espacio y estructura? Bien, debemos entender que ambos elementos forman parte de los medios para la creación de arquitectura, puesto que la primera consiste en dejar que sea la estructura la que defina los lugares que uno quiere crear, mientras que la segunda opta por definir primero los lugares y forzar luego a la estructura para adaptarse a ellos. A través de los años, gracias al pensamiento critico de varios autores surgen dos tipos generales de relación entre espacio y estructura; el orden estructural dominante y el orden espacial dominante aunado a la relación armónica entre ellos.
Aquí es donde entra nuestra gran labor como arquitectos, ya que siempre debemos escoger una estrategia estructural que este en plena concordancia con la organización espacial que se pretende conseguir, tarea que no es fácil. Para comprender lo anterior, es necesario prestar atención a los ejemplos análogos de arquitectos, los cuales demostraron que ambas pueden coexistir; tal es el caso del arquitecto alemán Mies Van der Rohe, el cual experimenta sobre el tema de la independización de la organización espacial respecto al orden estructural, plasmándolo en una de sus mas grandes obras: El Seagram Building, en NY.
El Seagram Building consta de 39 pisos en 157 metros de altura, fue construido entre los años 1954 y 1958, siendo uno de los primeros rascacielos del movimiento moderno en los Estados Unidos puesto que propone una estructura de acero expuesta y por tanto visible, a diferencia de los rascacielos existentes en su tiempo los cuales eran creados mediante estructuras cien por ciento de piedra. Principalmente, Mies excluye las funciones que no sean de oficinas y mediante el uso de un tipo de muro similar, camufla el hecho de que en la parte superior hay un tipo de espacio diferente. Esto nos remota a la importancia del elemento de doble- función, donde sus principales funciones abarcan la parte estructural (el elemento estructural puede generar ritmo y ornamentación) y espacial. Khan, por ejemplo, propone espacios abiertos multifamiliares comprendiendo la complejidad variable; mediante jerarquización de los espacios llamándolos espacios de servicio, espacios principales y espacios direccionales y no direccionales: “La forma evoca a la función”. Algo interesante que se logra con el buen uso del elemento de doble función es esto, la estructura vista, genera espacios complejos y cerrados en lugar de espacios industriales sencillos. Los elementos industriales pueden llegar a ser banales y vulgares, sin embargo, no convierten al espacio en un espacio banal o vulgar, sino más bien el mal empleo del elemento como conexiones contextuales de espacio y escala.
El edificio se divide en tres cuerpos, uno principal que da acceso al edificio, a través de la gran plaza donde encontramos dos fuentes, el cuerpo de oficinas de 39 pisos y un remate que sirve para ubicar cuartos de mantenimiento. Toda la estructura se construyó de acero, como otros grandes edificios de la época, siendo lo realmente novedoso el hecho de que Mies pensara que la estructura debía ser visible.
Al exterior, el muro-cortina de la construcción aparece organizado mediante una interesante perfilería en forma de I, realizada en bronce, que sin tener una función estructural enmarca perfectamente los grandes cristales que constituyen lo más visible de la obra. Una falsa estructura de bronce cubre en su totalidad la estructura real interior. Elementos adicionales verticales fueron soldados también a los paneles de las ventanas no sólo para un endurecimiento de la piel, sino también para la instalación y la carga de viento; también estéticamente aumentó aún más, la articulación vertical del edificio.
Por último, me gustaría recalcar la importancia que tiene la estructura y el espacio en toda obra arquitectónica, y cómo es que ambas coexisten y por ende, afectan de manera directa o indirecta. En definitiva, Mies Van der Rohe es uno de los grandes exponentes de este concepto ya que la esencia de su obra, el Seagram Building, radica en un armazón independiente expuesto, el cual pasa de ser estructural a ser una piel o abrigo: pura muestra de su mentalidad racionalista.