Para poder conocer y analizar el Multifamiliar Juárez, es indispensable remontarnos a las circunstancias sociales y politicas que sucedían en la Ciudad de México en aquel entonces. Ya hace 50 años que hemos sido víctimas del constante, descontrolado y exponencial crecimiento de la ciudad; y ahí descansa la importancia del edificio que se construyó como una respuesta a dicha problemática. Desde mi punto de vista, Pani acierta al proponer una solucion practicada anteriormente por Le Corbuisier, pero al mismo tiempo, se convierte en un asesor del mismo problema al que se enfrentaba: el crecimiento. A partir de este momento se comenzaron a detonar construcciones de esta naturaleza que inconscientemente intensificaban el ya intenso crecimiento y, por tanto, insuficientando y creando más demanda de infraestructura.
Eso no quita que el proyecto en sí, reune logros y virtudes recalcables. Una de ellas es el uso de materiales locales que logran mantener un lenguaje arquitectónico vanguardista aún en nuestros días. El uso de dichos materiales locales también le da ciertos créditos a la obra de Pani por haber sido capaz de aterrizar y adecuar una solución ajena.
En una visión más general, podemos hablar de la excelsa optimización de espacios que presenta el proyecto. Lás áreas públicas son muy extensas gracias a la densificación vertical que logra con sus edificios de 12 pisos. La disposición de las 3 tipologías que surgen no por necesidad, sino por condiciones espaciales, genera que las circulaciones primarias se reduzcan a una por cada 3 pisos.
Siendo objetivo en mi conclusión, el Multifamiliar Alemán posee una cantidad inumerable de virtudes a nivel particular ya que soluciona integralmente muchas de los retos que se presentaban en ese momento. De alguna manera, simboliza un fuerte cambio en la historia de la arquitectura en México aunque, reiterando, creo que no trascendió adecuadamente en nuestro sistema por causas impredecibles.
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