Temblores mexicanos en el tiempo

Mirando en restrospectiva unos 2 mil años, hubiese sido buena idea haberle advertido a los Mexicas, en el momento en que pusieron pie fuera de la supuesta ciudad de Aztlán, que no era tan buena idea tomar como fundamento urbano al aguila devorando una serpiente en un nopal. Mas bien, situarse en una zona rocosa, elevada y no sismica, pues hoy hemos tenido que adaptarnos a esa decision ancestral y vivir con las consecuencias.

Hoy en día contamos con uno de los tres reglamentos mas rigurosos en materia de estructura antisismica del mundo, entre ellos están San Francisco y Tokio. Pero esto no fue una decisión de un día para otro, pues hemos tenido que sobrepasar durante décadas los embates constantes de la falla de Cocos, situada al oeste del estado de guerrero que se extiende al norte convirtiéndose, por llamarlo de alguna manera, en la falla de San Francisco.

Aunado a los 30 sismos de poca magnitud que sufre el Distrito Federal diariamente, tenemos un suelo con el nivel freático alto, esto propicia las condiciones ideales para aumentar en la escala logarítmica de Reichter unas cientos, si no es que miles de veces, la magnitud de oscilamiento del suelo.

Uno de los puntos que debemos tener en cuenta es que realmente los sismos no representan ningún peligro para la gente, yo diría que son nuestras edificaciones. El crecimiento exponencial de nuestra ciudad y las diversas construcciones vernáculas y fuera de la ley que se generan podrían cobrar mas vidas. Tomemos por ejemplo que entre los años de 1899 y 1911, ocurrieron 4 sismos con magnitudes entre 7.5 y 7.7 (escala Reichter), y no fue hasta el año de 1985 que se convirtieron en un desastre masivo.

Es y seguirá siendo durante muchos años imposible evitar los sismos, sin embargo, está en nuestras manos prevenirlos y que se conviertan en desastres. Existen diversos enfoques y maneras de evitar derrumbes y perdida de vidas. Nunca podemos estar completamente seguros de que las edificaciones soportarán por más bien construidas que estén, por lo tanto, se necesita invertir en una conciencia nacional de sensibilidad ante estos acontecimientos.

Como conclusion, pienso que se debería impulsar una mayor inversion en otras zonas de la republica para prevenir sismos, al igual que la implementacion rigurosa del reglamento, el cual desgraciadamente no siempre se aplica en las contrucciones. La corrupcion y demas problemas gubernamentales no favorecen el ejercer correctamente la normatividad indicada, de ésta manera se pierde de vista la cuestión de la seguridad por ahorrarse unos cuantos miles de pesos que finalmente terminan convirtiéndose en millones.

Publicado por Diego Pontones

-Universidad Iberoamericana, Santa Fé. 2006-2010 -University of New South Wales. 2008.

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