El art decó. Un país nacionalista. Un México cosmopolita, esta corriente artística que dominó, desde los inicios de la segunda década de este siglo hasta los años cuarenta.
La arquitectura decó en la ciudad de México
En México, los primeros ejemplos de arquitectura con elementos compositivos propios del déco surgieron en la capital del país en los inicios del segundo lustro de los años veinte; dos ejemplos de esta etapa inicial son el edificio de la Alianza de Ferrocarrileros Mexicanos, inaugurado en 1926, y el orfanatorio San Antonio y Santa Isabel. A partir de estos años se inició la construcción de un número creciente de edificios y casas aplicando los temas del déco , el nuevo estilo, en efecto, resolvió temas arquitectónicos que otras tendencias no habian logrado satisfacer, por ejemplo: implantó nuevas formas de diseño que fueron concomitantes con la idea de «novedad arquitectónica». Desde finales del siglo XIX había cuestionado al historicismo; solicitó la participación de artistas y artesanos de alta calidad; observó y puso en práctica, el análisis del componente geométrico de las formas; construyó con solidez estructural, con la seguridad de trascender el paso del tiempo.
El déco fue capaz de descubrir el modo de ser, los símbolos y la identidad de una sociedad que, habiendo vivido una revolución, demandaba cambios totales de contenido y continente. Con todo esto, el insistir en que el déco es una mirada ahistórica, en la cual se vería, en un extremo, una cultura sólida producida por la rica sociedad porfiriana, y, por el otro, treinta años después, un México en pleno ingreso a la industrialización haciendo arquitectura internacionalista, heredera en gran medida de la arquitectura racionalista europea. La sociedad mexican sabía hacia dónde marchaba y cómo quería vivir, tanto en su entorno urbano como en la privacidad de su casa.
El estilo sigue siendo criticado más que nada por no haber contado con un proyecto teórico y por su tendencia a ser ornamentado; de igual manera, circuló por las más importantes ciudades del país. En el centro de la República al norte, la gran mayoría de las ciudades económicamente importantes durante este periodo cuenta con algo déco .
Frente a la arquitectura art decó había una sociedad postrevolucionaria que demandaba una identidad congruente con la actualidad, buscaba «metropolisarse». Sin embargo, fue una arquitectura que eliminó el contenido estético, logrado mediante la composición y el uso de los materiales de la historia y de la tradición vernácula; esta fue en los años cuarenta la gran arquitectura nacionalista que se enorgullece de haber construido el México moderno.
La Colonia Hipódromo – Condesa
La colonia Hipódromo-Condesa, antiguo club de jockey México, inició la venta de lotes en 1927. El fraccionamiento estuvo dirigido hacia un sector de la clase media integrado por jóvenes familias de profesionistas y burócratas. Empezó a tener boulevares y camellones, glorietas, fuentes y dos grandes parques, el parque españa, y el parque méxico. Se respetó parte del trazo del antiguo hipódromo, que dio origen a la Avenida Amsterdam y se caracteriza por su trazo elíptico.
La Condesa es un claro ejemplo de que mediante un proceso de amplia extensión, el déco se dispersó, marcando una imagen de modernidad. La morfología, sobre todo en los edificios departamentales, se convirtió en esquema de significación: fachadas con amplios paños, ventanería rectangular, acceso remetido y con sombreado profundo provocado por una marquesina; en los interiores, un ambiente de elegancia logrado con pisos de mosaico formando dibujos geométricos, aplicaciones de herrería con diseños lineales.
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