Memoria Histórica en el programa arquitectónico

David Alfaro Siqueiros, Mural Línea de Ensamblaje

El estado nación es una seria de identificadores en la memoria colectiva. Lo que se les ha olvidado a nuestro gobierno es que es un trabajo constante de reforzamiento de iconografías, héroes y demás personajes de nuestra muy querida historia maniquea. La arquitectura juega un papel fundamental en este juego, pues es a través de esta, y no de la televisión  como el gobierno mexicano cree, que se entiende la ciudad y el sentimiento nacionalista de la gente.

Ciudad Nezahualcoyotl

Hemos perdido en el programa arquitectónico actual la necesidad de plasmar, o reflejar la historia y la situación del país, ya ni digamos nuestras propias ideologías. Aunado a esto el crecimiento exponencial de nuestra ciudad, ha designado el desarrollo urbano a privados, truncando estos procesos de identificación nacional con el espacio. El estado ya no es proveedor de ciudad o servicios, es un intermediario lejano en el inconsciente colectivo entre el crédito de financiamiento y el gran empresario que me ofrece vivienda.

Cinemex Antara, ¿Identificador Nacional?

El gobierno mexicano en un desesperado intento por generar este sentimiento en la gente se embarcado en una empresa multimillonaria, llamada bicenterario, de crear cientos de anuncios televisivos, cientos de eventos efímeros y un sin fin de letreros nuevos para vialidades y reencarpetados con un sobrio y poco llamativo logo. Siendo evidente que la gente no se identifica ni se siente parte de ninguno de los anteriores objetos de ciudad, también seria importante cuestionarnos, como ya se ha hecho en los últimos meses, la identificación general con este evento histórico.

Propoganda para el Bicentenario mexicano

A poco tiempo de la gran fiesta nacional, el gobierno asegura que sufrimos de un caso típico de memoria selectiva, en el mejor de los casos, porque muy en el fondo más bien creen que somos una especie de masas sin memoria histórica de ningún tipo. Al parecer los sucesos ancestrales de la Independencia y la Revolución, sin restarles importancia a nuestras ya consolidadas fechas patrias, están mas presentes en nuestra memoria que acontecimientos como la matanza de Tlatelolco, o el movimiento modernista.

Es ridículo pensar que el pueblo se pueda llegar a sentir más identificado con personajes cargando fusiles máuser 7 x57, y llorándole por el telégrafo a su compadre que Adelita se ha ido con otro, que con más de 150 estudiantes muertos en la Plaza de las Tres Culturas.

Tlatelolco, 1968 v.s. Adelita (la que se fué con otro)

Se me antoja un gobierno que haga este tipo de cosas como el bicentenario y el reforzamiento del estado nación, independientemente que crea que es algo viejo y obsoleto en nuestros días, pero que lo haga pensando en algún beneficio y en las necesidades de la gente. Creo que podría funcionar siempre y cuando sea a través de la arquitectura de ciudad, y con elementos que edequen a la gente.

Esto no es algo nuevo basta con mirar el proyecto de la UNAM, el centro histórico, y otros ejemplos fundacionales de las ciudades más importantes del mundo.