La arquitectura es el arte de diseñar espacios para complacer las necesidades humanas. Para ser un buen arquitecto no basta con tener un talento nato plástico y saber de todas las herramientas que hay para el diseño sino comprender al usuario. Saber llevar a un buen diseño espacial lo que busca el usuario no es cosa fácil, más aun si le agregas factores económicos, culturales y sociales. Muchas veces los usuarios no saben lo que necesitan es nuestro deber como arquitectos saber descifrarlo. Actualmente el reto es aún mayor cuando se debe de tomar en cuenta el factor ambiental. Al darnos cuenta de las grandes emisiones de dióxido de carbono emitidas por las construcciones, ¿Cuál será nuestro siguiente paso?
A lo largo de los años la arquitectura ha sido un claro reflejo de la sociedad y cultura en la que se desarrolla. Los edificios son un libro abierto, sabiendo observar los edificios podemos conocer mejor una ciudad, su antigüedad, costumbres, guerras, influencias entre muchas otras cosas. Actualmente vivimos una época donde la revolución tecnológica, la crisis económica y el sobrecalentamiento global afecta o debería afectar las construcciones. Estos aspectos tanto impulsan, como regulan el tipo de diseño al que debemos de enfrentarnos. Teniendo en nuestras manos gran parte de la solución a los problemas, el calentamiento global, la crisis económica y la desintegración social que existe.
Philip Johnson dijo “El trabajo del arquitecto de hoy es crear hermosos edificios. Eso es todo”. Esta forma de pensar llevo a utilizar todo tipo de tecnologías por más agresivas que fueran con el entorno con tal de llevar a cabo el diseño tal y como lo tenían contemplado. Estas acciones dañinas están cobrando su factura hoy en día. El mayor reto actual es el crear habitación para cubrir la necesidad de ello ya que es un derecho universal, pero crearlo de una manera más inteligente de manera que no dañe como hasta ahora lo habían hecho otros arquitectos. No es necesario sacrificar la estética, pero hay mayores prioridades que el hacer que un edificio sea bello. Debemos aprender a pensar más humanamente y creernos menos dioses todopoderosos.
Una opción para cubrir esta necesidad es regresar a modelos encontrados en la naturaleza para cubrir a las necesidades humanas, a esta nueva ciencia se le conoce como Biomimetismo. Antonio Gaudi alguna vez dijo “La originalidad consiste en el retorno al origen, así pues, original es aquello que vuelve a la simplicidad de las primeras soluciones” La naturaleza es muy sabia y ha sabido evolucionar dependiendo de factores externos. La arquitectura debe saber adaptarse al entorno sin perder el valor de la estética respetando en todos los sentidos el contexto. Debemos con nuestros conocimientos construir un futuro junto con la naturaleza y no olvidarnos de ella.
Con ayuda de las nuevas tecnologías y el desarrollo de nuevos materiales constructivos este objetivo se visualiza más sencillo de cumplir. Se espera que la arquitectura no solo no afecte la naturaleza sino que sea capaz de aportar más de los recursos que obtiene de ella. Nuestros esfuerzos para tratar de proteger la naturaleza no será algo que veamos inmediatamente, lo que sufrimos ahora es resultado de malas decisiones hechas hace 20 años, nuestras acciones se verán dentro de muchos años. Tenemos que ser pacientes, constantes y consientes de cada uno de nuestros pasos.
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