Habitar Ciudad

La forma en que habitamos las ciudades es también la forma en que las construimos; no sólo con arquitectura pero con las actividades que realizamos en ella diariamente. La ciudad se convierte así, en una entidad siempre variable que responde a los cambios, por pequeños que éstos sean. ¿Si la ciudad se crea continuamente, dónde surgen estos cambios? No en los edificios que se construyen, pero en las calles, banquetas, parques y plazas que día a día se llenan con personas que interactúan con la ciudad, con sus edificios, árboles, autobuses, pavimentos, bancas… La arquitectura de una ciudad va más allá de sus edificios, incluye a las personas y los espacios en que ellas realizan sus actividades.

Es así como el espacio público de una ciudad se transforma en el principal elemento de una arquitectura urbana siempre cambiante. La calle, componente principal de este espacio, es el lugar donde se ve reflejada la buena o mala salud de una ciudad. En ella se desarrollan un indeterminado número de actividades que responden directamente a la existencia o carencia de servicios, infraestructura, entre muchos otros. Un buen ejemplo para esto sería la presencia de peatones en las calles. Esto no sólo habla de una buena habitabilidad dentro de la ciudad, pero de una alta eficiencia en el transporte público, una amplia variedad de servicios, una correcta mezcla de usos… en fin, se podría hacer esta lista tan amplia como la cantidad de peatones en la ciudad.

espacio público
(flickr.com)

Dentro de este contexto surge entonces una pregunta clave para el desarrollo de la ciudad (y su arquitectura), y por lo tanto de las personas que en ella habitamos.  ¿Cómo es que podemos habitar y crear una ciudad de calidad si cada día nos enfrentamos a un entorno con menos espacios públicos? La privatización del espacio (véase condominios, calles cerradas, centros comerciales…), el deterioro de los ya existentes, así como la deficiencia del transporte público y la supremacía del automóvil sobre el peatón, entre muchos otros factores contribuyen a que diariamente los habitantes de la ciudad se vean completamente aislados y externos a un organismo que necesita de nosotros para sobrevivir.

La arquitectura de la ciudad se construye día a día y es fiel reflejo de los que en ella habitamos. La arquitectura física (los edificios, con sus cimientos, muros, techos, ventanas…) carece de valor si no está habitada por personas; la ciudad, por tanto, es una consecuencia de este habitar. Con la creación de nuevos espacios públicos dentro de la ciudad respondemos a una necesidad siempre constante de reconstrucción y de replanteamiento de la ciudad y su arquitectura. ¿Será este el significado real de la arquitectura?

(Anexo)  Espacio público: ejemplos y organismos no gubernamentales

En muchas ciudades se están aplicando medidas para recuperar el espacio público. Times Square en el caso de Nueva York y la calle de Regina en la ciudad de México. En esta misma ciudad se ha puesto en marcha un proyecto piloto que pretende convertir la calle de Francisco I. Madero, también en el centro histórico, en peatonal. Acualmente se puede caminar por esta calle algunos días del fin de semana.

Existen también organismos no gubernamentales que incentivan la regeneración y creación de estos espacios, y que a su vez sirvan de detonadores para otros ámbitos como lo social o lo económico. Project for Public Spaces es uno de ellos, es un buen ejemplo de cómo involucrar distintas disciplinas para obtener resultados satisfactorios.

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