A pesar de ser una selección de materiales muy sencilla, el papel que juegan éstos en el pabellón Serpentine, va más allá de lo estético. Los materiales generan un dialogo entre lo que es el espacio exterior e interior y entre lo permeable y lo no permeable.
Existe como base para todo el edifico un triplay obscuro modulado de forma triangular que tapa toda la estructura. La modulación de dicho triplay genera una escala más amigable para el usuario al igual que una tonalidad en el ambiente más obscura e intima.
A lo largo de toda la circulación, lo que separa el espacio interior del exterior, es una secuencia de conjuntos de hilos blancos gruesos girados a 45 grados. Este material, y la manera en la que esta usado, genera un tipo de ilusión óptica dependiendo de donde uno esté situado en el espacio. En unos puntos, el hilo permea la vista de manera significante, y en otros los hilos parecen generar un muro que continua siendo permeable, pero generando un efecto de separación muy interesante. La propuesta de material y su uso en este pabellón aparte de funcionar como ornamento, tiene implicaciones espaciales muy importantes.
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