Crítica: Knut Hamsun Centre de Steven Holl

Crítica: Knut Hamsun Centre de Steven Holl

Diseñar un edificio ícono en un contexto dentro de un país nórdico, en este caso Noruega, que reflejara la grandeza del escritor a quien fuera dedicado este centro cultural, así como entender el contexto, la cultura y el pensamiento de los habitantes de ese país, fueron los principales retos a los cuales Steven Holl se enfrentó al proyectar este edificio conmemorativo hace 15 años.

El recientemente inaugurado centro cultural Knut Hamsun, ubicado en la aldea de Hamaroy, es un claro ejemplo de cómo un arquitecto que concibe una idea para un edificio que se ubica en un sitio meramente conocido por él, llega una propuesta que es el resultado del entendimiento del sitio, el psique y de  gran cantidad de factores.

El sitio es una aldea portuaria rodeada de una vegetación y orografía impresionantes, un escenario natural que Steven Holl decidió exaltar al destacar de la horizontalidad del entorno construido al ganar altura y así asemejarse a una de las montañas. Este hecho de destacar de manera tan puntual fue motivo de controversia entre los habitantes y las autoridades de la ciudad de Hamaroy. Mientras que el único edificio de carácter cultural que existe en la zona, una galería, posee la misma morfología y materiales que la mayoría de las construcciones locales (en su mayoría viviendas unifamiliares y cobertizos de una planta);  Holl más bien quiso romper un poco con esta tendencia al entender que el oriundo de este país fue alguien a quien todos los noruegos admiran y que ha destacado del resto.

El centro se conforma por dos volúmenes, el principal es un prisma que se inclina hacia la fachada oriente y se perfora en diferentes puntos por circulaciones y descansos que hacen entrar y salir del cuerpo, haciendo el recorrido muy dinámico. A esto Steven Holl lo ha descrito como una conjugación de fuerzas internas y externas dentro del espacio, al ser éstas por un lado la luz natural, que se cuela por las incisiones, y por otro las circulaciones verticales que le hacen constantemente un recordatorio al visitante de la grandeza del sitio en el que se encuentra.

En cuanto a la funcionalidad del centro, me parece que fue muy atinado el hecho de hacer un recorrido ascendente y ligeramente helicoidal, pero por otro lado contar con un elevador, que al mismo tiempo actúa como elemento estructural y que en conjunto facilitan el acceso a cada uno de los niveles del centro. La disposición del programa en los espacios es bastante lógica, todas las áreas están bien articuladas entre sí y en cada nivel se puede apreciar las vistas exteriores debido a la topografía de la ladera. Este punto también fue aprovechado para la isóptica del auditorio anexo.

Me parece que la elección de los materiales fue adecuada, ya que si bien el edificio destaca por su verticalidad con respecto al contexto, Holl empleó materiales típicamente utilizados  en las costrucciones locales, como la madera para el recubrimiento de las fachadas y balcones. El rojo es el color característico para las fachadas de la localidad. Al utilizar un tono obscuro, el arquitecto capta el calor en las fachadas y conserva muy limpios y luminosos los interiores, pero sobre todo lo utiliza como característica distintiva. Existen elementos claves en los cuales se utilizó un cristal amarillo, como en uno de los balcones que hace referencia a un pasaje de los textos de Knut Hamsun. En la parte alta del edificio, se encuentra un roof garden, creo que este espacio estuvo bien aprovechado para coronar el volumen, admirar el paisaje y marcar el fin del recorrido, sin embargo hay que recordar que el clima es extremo y me parece que la nieve podría llegar a ser un problema al acumularse en este nivel.

En general creo que Steven Holl logró salir airoso de las dificultades que se le presentaron desde la concepción del diseño (el cual no sufrió grandes cambios desde entonces)  hasta su ejecución. En principio puede aparentar ser muy incisivo y atrevido para el contexto, incluso parece cerrarse totalmente a su entorno; sin embargo, una vez que se analiza a fondo y se entienden estas fuerzas que el describe y que se comprueban al ver el espacio interior, no parece estar tan aislado o inadaptado al sitio. En cuanto a sus dimensiones, creo que el tamaño no es la única forma de expresar la grandeza de alguien a quien se le hace honor, y dentro de todo el edificio principal no es tan masivo  si se le comparase con algún otro museo o centro cultural, simplemente destaca de la horizontalidad y esto tambén es una consecuencia lógica del programa habitual de un centro cultural.

Creo que hacer arquitectura con la cual la gente se identifique y que refuerce su arraigo a un lugar, sobre todo tratándose de edificios culturales, es algo que pocas veces se logra y que además lleva tiempo. Esto no siempre se hace de manera premeditada desde la concepción de la primera idea, o como fin principal, sino que depende de la manera en que la gente se va apropiando de los espacios hasta que logra aceptarlos, hacerlos suyos e identificarse con ellos. Sin duda, este se trata de un edificio ícono y habría que analizarlo en los próximos años para comprobar su aceptación.

Publicado por Valeria Cota

Estudios 1989-2004 Colegio Alemán Alexander von Humboldt 2003 Norbert Gymnasium Knechtsteden, Nordrhein-Westfallen Alemania 2004-2005 Universidad Anáhuac Norte, Escuela de Arquitectura 2006- Universidad Iberoamericana, Departamento de Arquitectura y Urbanismo. Experiencia Profesional 2008- C CUBICA Arquitectos 2008 Proyecto Casa CL, Juriquilla-Querétaro

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