Crítica: Estación de Bomberos Ave Fénix: At 103

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La Estación de Bomberos Ave Fénix proyectada por el despacho at 103 nace después de un incendio que destruye completamente el complejo de entretenimiento Lobombo, dejando así un vacío urbano. Dicho predio es expropiado por el gobierno, y surge así esta propuesta adquiriendo su nombre de la legendaria ave que nace de entre las cenizas.

Es una estación de bomberos que alberga un complejo programa, con actividades mixtas, algunas públicas  y otras privadas. La estrategia de diseño consistió en entretejer un sinfín de usos, de manera tal que se respetaran las jerarquías funcionales pero que no dejaran de estar  íntimamente relacionadas. Esto se logra mediante la perforación de una caja dividida en 4.5 niveles por medio de círculos de diferentes diámetros. Dichas perforaciones permiten ligar horizontal y verticalmente al edificio, por medio de vistas cruzadas, ventilaciones naturales, y una extraordinaria sintaxis espacial.

A pesar de ser un edificio cuya funcionalidad es optima, existen ciertos espacios, al interior que  no son tan afortunados. Una de las intenciones del edificio, era mimetizarse completamente en el entorno mediante el uso de reflejos. En la fachada principal este propósito es claramente observado. Desafortunadamente detrás de esta pantalla metálica encontramos los dormitorios de los bomberos y éstos terminan convirtiéndose en espacios, con muy poca luz. Entiendo que el contexto no es agradable, y que los inmuebles de enfrente son particularmente desagradables pero me hubiera gustado ver más luz al interior. Los espacios de servicio son afortunados ya que ventilan e iluminan naturalmente a los patios centrales.

El proyecto contemplaba originalmente, estar cubierto de paneles metálicos en sus colindancias, y esto le permitiría mimetizarse con el entorno a la perfección, sin embargo debido a falta de presupuesto, dichas láminas fueron excluidas del proyecto. Se dejaron tres fachadas inconclusas y un edificio parcialmente terminado.

Otro problema presupuestario tomo lugar, y las maravillosas escaleras helicoidales que se adaptaban a la perfección a la forma del edificio y sus perforaciones, así como la virtud de separar usos en un espacio común, se vieron eliminados. Fueron sustituidas por unas escaleras que no se adaptaban a la forma del vacío.

A pesar de estos inconvenientes la estación logra sus objetivos, es clara, precisa, funcional, y muy bella. Gracias a esta clase de intervenciones, podemos contar con arquitectura de calidad en una ciudad que carece de elegancia, y planeación.

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