El terreno artificial o planta libre como lo hemos llegado a conocer, cuenta con dimensiones de 135 metros de longitud por 24 metros de ancho, sobre este se descansan 30 enormes e imponentes pilotis…., los cuales tienen una forma que responde a sus requerimientos estructurales y funciones como colectores y guías de las diferentes instalaciones que el edifico requiere. Estos forman pórticos los cuales guían al usuario hasta al centro del edifico donde se encuentra el vestíbulo de acceso al edificio. Sobre estos se desplanta una retícula de trabes completamente moduladas, solamente interrumpidas por el núcleo de circulación vertical en base a todo el programa que contendrá el edificio en sus siguientes 17 niveles.
Las instalaciones del edificio se encuentran acumuladas debajo de lo que Le Corbusier llamaba el terreno artificial. Este permite un fácil acceso a lo que se le considera el sistema nervioso del edificio, para facilitar localizar, dar mantenimiento y reparar cualquier tubería, ductos o maquinaria que lo requiera.
Las estética de las fachadas es imposible de separarla de la estructura ya que esta conformada por elementos como balcones y parasoles, los cuales por si solos dan un gran carácter y sentido de organización a la misma, estos solo se encuentran interrumpidos por el cubo de circulación vertical y el brie–soleil que marca la calle comercial de doble altura en el séptimo y octavo piso.
Una ves construido esta enorme retícula de trabes y columnas de concreto se incrustaron elementos prefabricados entre estos, unidades de vivienda completas. Ilustrado por el dibujo del propio Le Corbusier, “Like bottles into a wine rack”. Inicialmente el proceso de construcción debió de haber sido diferente ya que se pensaba en una estructura puramente de acero, lo cual fue imposible por la escasez de este material después de la guerra.
Esta unidad habitacional inicialmente seria el modelo a seguir para otros complejos en otras ciudades, su gran tamaño es un claro indicador de la gran urgencia que existía de solucionar el problema de vivienda. Este fue el primero en aplicar un uso extenso del sistema del Modulor, Este se puede apreciar en todo el edificio, desde las dimensiones generales del complejo, espacialmente y estructuralmente hasta el mas pequeño detalle de interior.
Me parece que Michel Figot marca de manera muy puntual la forma en la que trabaja el edificio y el sello distintivo de Le Corbusier