Todo el edificio está construido con concreto blanco cincelado, en interiores y exteriores. Es un acabado ideado y experimentado en muchas obras realizadas en México, que ahora se aplica en Berlín. Tiene una fuerte textura y revela la mano humana. Establece un dialogo con la perfección de los acabados alemanes.
En el interior del edificio, llama la atención la generosidad de los espacios compuestos a partir de diagonales, áreas con diversas alturas y cubiertas, así como el juego interesante de iluminación.
Una mezcla de losas y trozos de mármol sustituye la habitual de arena y piedras. Ello hace que la fachada brille en el sol.