ENTORNO
El conjunto que conforma la fundación Miro, se encuentra en Palma de Mallorca, España, cuenta con un clima templado mediterráneo con temperaturas suaves y lluvias poco frecuentes. El verano es caluroso y seco.
En el espacio que ocupa la Fundación Miró se integran un centro de estudios para artistas y becarios conjunto a un espacio para las exposiciones de artista y conservación de sus colecciones personales, un lugar para exposiciones itinerantes, oficinas, una sala de conferencias, cafetería y un jardín donde exponer esculturas.
Una de las principales intenciones es lograr un tejido entre los edificios, con el estudio y las terrazas de la huerta, con los jardines y el edificio de Moneo, de tal manera que al final la vista al mar en el fondo del cuadro de este conjunto el mar formara parte integral y de la experiencia del visitante. Moneo logra rescatar el espacio mal utilizado emplazando ahí su edificio. En el entorno se encuentran el estudio del artista hecho por el Arquitecto J.Luis Sert y La finca llamada Son Boter.
En el edificio el arquitecto Moneo sitúo en un volumen horizontal y de baja altura el centro de estudios, mientras que las zonas de exposición, se sitúan en un volumen estrellado que desciende por las terrazas del área abierta. “Las puntas de esta estrella zigzaguean guiando el movimiento al encuentro de la topografía, incrementando la superficie de exposición, permitiendo diferentes intensidades de luz”, esto refleja un ambiente que nos relata el carácter y obra del artista.
Uno de los principales elementos es la luz, en el espacio de la galería se puede observar un ambiente creado por la luz que entra entre los grandes vanos entre los muros. La luz se refleja en los espejos de agua, haciendo al agua otro elemento importante. Por otro lado, en la parte del techo de la galería, donde también se encuentra cubierto por un espejo de agua, esta se transforma en una lámina que pretende recuperar la proximidad del Mediterráneo. El agua es el elemento esencial del jardín, un jardín con rumor de agua -el mar perdido- en la que las plantas tradicionales de la isla consiguen un espacio verde y denso por el que habitan las esculturas de Miró.
El edificio tiene orientación norte- sur y los muros que se encuentran a exposición para el sur en donde se encuentran los vanos de las ventanas, en el lado norte el muro es prácticamente sólido. Resaltando así la importancia de la luz. La luz lo entra directa se usan una serie de materiales traslucidos y elementos que reducen la intensidad.
El terreno cuenta con una pendiente pronunciada, el acceso se encuentra en un nivel superior mientras que parte del edificio alargado y la galería esta debajo de este nivel. El área abierta cuenta con una serie de plataformas y áreas de jardín que van descendiendo hacia el mar.
La vista al mar es importante ya que desde el jardín se le puede observar, y además parece que el edificio se abre hacia el.
¨RAFAEL MONEO, Pedazos de ciudad, memorias de ruinas¨ William J. R. Curtis- El Croquis, Madrid 1994.
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