El primer trabajo de Olafur Eliasson fue con el arquitecto y experto en geometría Einar Thorsteinn. Estudios sobre la geometría y el espacio que hicieron juntos durante este tiempo se reflejan constantemente en el trabajo del artista como por ejemplo en sus lámparas geométricas, en sus pabellones, túneles y proyectos de “camera obscura”.
El interés por un arte enfocado al espacio han hecho de la arquitectura algo muy ligado con el trabajo del artista. En el instituto fundado por Eliasson, no es sorpresa que gran parte de los invitados y hasta profesores sean arquitectos. Su trabajo ha servido como fuente de inspiración para proyectos que involucran una diferente percepción del espacio. Su manejo de la luz y de las formas tienen una condición de “efectos especiales” donde los elementos que generan espacio son llevados al limite generando ambigüedades y haciendo al usuario cuestionarse como el ser humano percibe sus alrededores.
Eliasson ha colaborado con arquitectos como Tadao Ando para la construcción de una galería privada; con Kjetil Thorsen (Snohetta) para el Serpentine Gallery Pavillion en el año 2007; y con David Adjaye con quien realizo un proyecto para el Tate Modern de Londres de un sol artificial hecho con 200 lámparas de sodio amarillas.