A manera introductoria a esta crítica quiero empezar hablando un poco de la manera de trabajar o pensar de este arquitecto mexicano. Quien en propias palabras dice “… no tengo la preocupación de hacer cosas extraordinarias ni mucho menos. Simplemente quiero ser una persona que hace lo que siente, lo que le satisface y lo que siente debe satisfacer a sus clientes, sin pretender ser original o genial. Trato de ser lo que soy o de mostrar cómo entiendo mi vida. Trato de hacer cosas de la forma màs sencilla posible y de poner toda la inventiva necesaria para que resulten bien…”
Fue un arquitecto de siglo, le toco vivir todo lo que sucedió en el no poco agitado siglo XX. Mucha de su manera de trabajo está basado en las ideologías resultado de las corrientes de pensamiento europeas surgidas en pos- guerra, como el funcionalismo o el racionalismo. Fue inspirado por Walter Grophius, Mies Van der Rohe y Le Corbusier. Sin embargo el buscaba una nueva manera de hacer la arquitectura mexicana, conociendo siempre el tiempo en que se encontraba.
El edificio de oficinas IBM, es una muestra de su trabajo, en la cual muestra algunos de sus principios arquitectónicos en los que creía en esa época. El proyecto se hiso en una esquina en una de las calles importantes de la Ciudad de México, Mariano Escobedo, y en una zona también importante, Reforma.
El edificio se abre a la ciudad a través de una plaza pública, con la cuál amplia las banquetas y genera espacio público abierto. El edificio a simple vista parece poco interesante, màs bien repetitivo y aburrido, sin embargo al conocer el concepto en que se generó y la manera en que se soluciono la estructura, o la elección de los materiales, al ser coherentes con esta idea inicial y con esta ideología compositiva, se vuelve interesante.
El proyecto se pensó con un programa de oficinas principalmente, y con todos los servicios requeridos para su correcto funcionamiento. El proyecto requería una gran capacidad de flexibilidad, debido a que se quería aprovechar el máximo espacio, evitando espacios residuales.
El arquitecto propuso una solución basada en la eliminación de columnas en el interior y propuso la idea de planta libre. La estructura está basada en una mezcla de columnas de concreto colado en sitio, y través de acero. Diseñó unas armaduras a través de perfil de alma abierta que libran el claro del edificio y que permite aprovechar el espacio interior.
Y es interesante ver como una solución da origen a la que sigue partiendo de una metodología que va de interior a exterior. Es decir, lo que sucede en el exterior es reflejo de las intenciones propuestas en el interior. Esta es una de las ideas que importó de Europa, Le Corbusier lo hacía en algunos de sus proyectos.
La fachada del proyecto es el resultado de la solución del interior. EL complejo tiene por frente una estructura perfectamente modulada, al igual que todo el interior. A simple vista es una retícula perfecta que pareciera débil o poco interesante, pero los vanos se remeten a manera de tronera, de tal forma que da movimiento al edificio, y permite esconder las instalaciones con un falso plafón.
Este patrón está formado por las columnas que cargan al edificio y por otras que son gemelas, pero que amarran las través que dan unión al edificio, de tal forma que la fachada es la misma estructura.
El edificio no se abre a la ciudad solo a través de la plaza de acceso, sino que los vanos y ventanas, permiten traspasar el edificio con la mirada, saber que es lo que sucede dentro y màs allà. Es la idea de traspasar la barrera de la gran caja, conocer màs allà, conocer el interior que da sentido al exterior.
La obra de de Augusto H Álvarez para IBM, es una de esas soluciones que a primera vista no llaman demasiado la atención, que como el mismo dice, no pretende ser genial, sin embargo, la solución es perfecta, coherente en concepto, estructura, materiales, programa y orientaciones . Esto es lo que la convierte en una gran obra, de las obras ejemplo que los arquitectos debemos aprender, pero sobre todo aprender la idea, de que no querer ser geniales per se, sino extremadamente bien hechos. Pensar todos los detalles y ser coherentes.
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