Mucho se ha dicho en el transcurso de este proceso, mucho aspectos han sido estudiados y evaluados, se ha comparado al Mercado, se le han buscado ejemplos análogos, se han hecho numerosos posts, pero al final, ¿qué decir sobre el Mercat santa Caterina que no se haya dicho antes?
Que complicado es ejercer una crítica, el ejercer juicio sobre el trabajo, la idea de arquitectura y el esfuerzo de alguien. Que complicado es pasar una obra subjetiva por los filtros objetivos que tanto maestros como revista y críticos han determinado como elementales para hacer una revisión crítica arquitectónica, como lo son la adecuación del proyecto con el contexto, el análisis formal, el adecuado uso de materiales, la concepción incial del proyecto, etc. ¿Por qué pasar un objeto subjetivo por un filtro objetivo? Probablemente sea porque son cuestiones obvias, generales y que sin lugar a dudas, suceden en todo proyecto, por lo que nos parecen necesarias por hacer. Aunadas a éstas preguntas existen otras que se hacen necesarias en cada proyecto, éstas parecen ser de mayor importancia, ya que en realidad éstas son las que son subjetivas y su subjetividad esta relacionada con el proyecto, por lo que en esta conclusión o post final sobre el Mercat de Santa Caterina serán las que se traten.
¿DESINTEGRACION DEL PROYECTO CON EL CONTEXTO?
¿Acaso realmente se integra el edificio con el contexto? Si por integración se entiende que el proyecto nuevo se mimetize en un contexto, que no grite, que no resalte, pues entonces obviamente no se integra el edificio al contexto, pero creo que la integración va más alla que este simple pensamiento de integración del proyecto por mimetismo, creo que el proyecto puede integrarse al sitio si su uso, época, metodología constructiva son contemporáneas, creo que la integración va más allá que un sitio, creo que la integración va también con la época y con las tecnologías, con la concepción espacial contemporánea, con la metodología del trabajo. A este tipo de integración habría por obvias razones que incluir la adaptación funcional al sitio y a su uso, no formal, ni «estilística», pero si funcional, de esta manera, un edificio que contraste con las formas y maneras de un sitio, mientras sea funcional a su contexto y programa puede gritar lo que sea sin dejar de ser un proyecto que no sea adecuado al sitio.
Desmenuzando la idea interior, debiera de entenderse que en el caso del Mercat, la intención, el uso de tecnologías y materiales, la funcionalidad con el contexto y el programa, todo esto es desarrollado de una manera genial, de lo general a lo particular, desde la planeación urbana hasta la manera en que perfectamente caza el trabajo de carpintería en puertas, ventanas, cubierta y celosías.
El edficio grita en su entorno, grita sobre la rehabilitación del Barri Gotic y de Ciutat Vella, grita de esta rehabilitación de la ciudad catalana de fines de siglo XX e inicios del XXI, grita del orgullo catalán. Pero este edificio también grita del respeto por el pasado, de la convivencia entre la Barcelona Gótica con la Barcelona Modernista, con la Barcelona actual. Por todo esto, creo que el Mercat es una gran obra de integración a Barcelona y a Ciutat Vella. Si lo viéramos por el lado corto, el proyecto realmente funciona y se crea a través de su conviviencia con el contexto inmediato, creando una plaza multicolor a sus vecinos en las alturas, a todos aquellos que conviven diario y a todas horas con el Mercat.
¿ES EL MERCAT DIGNO DE ESTUDIO?
¿Qué hace a este proyecto digno de estudio? Podría ser la forma de la cubierta, la solución de materiales en ella, las columnas tubulares únicas, las peculiares fachadas, el programa de re-proyecto de un edificio, el contexto tan importante en el que se encuentra. Parece que la pregunta queda chica y se responde automaticamente, por supuesto que el mercado es digno de estudio, es una obra emblemática y creo que el tiempo dictará el cómo evaluar la obra de Miralles, y no solo este Mercat Santa Caterina, sino toda su obra, ya que esta, aparte de todo lo dicho arriba, nos recuerda la arquitectura dibujada, llena de significados y su integración con tecnologías actuales, nos recuerda los valores de la arquitectura de antaño y su hibridación con los nuevos. En sí todos los documentos de Enric Miralles reflejan ese amor por la arquitectura de los sentimientos, por la sensación, la sorpresa y la emoción por hacer y vivir arquitectura.