En cuanto a la utilización de la radiación solar ellos proponen una serie de sistemas pasivos para la protección así como sistemas activos para la captación. En cuanto a la protección del sol, se crean espacios que crean planos de sombra, filtración de la luz por medio de láminas y de depósitos de agua situados en el techo.
La captación se realiza mediante paneles fotovoltaicos situados en el techo del edificio. En la fachada que da a la calle ubicaron un sistema de páneles solares para garantizar el agua caliente sanitaria y el calentamiento para el interior de las habitaciones.
La propia configuración arquitectónica facilita la creación de ventilación circulante tanto en la parte larga donde la separación entre los módulos habitacionales permite una perfecta ventilación así como en la cabeza del edificio por medio de patios horizontales en la fachada frontal y en el posterior de la misma. Por otro lado proponen una captación de aire mediante torres catalizadoras y un posterior reciclaje a través de conductos subterráneos a 3 ó 4 metros, donde se utiliza la inercia térmica del terreno y así se reduce notablemente la temperatura. Este aire enfriado sale a la plaza pública semicubierta del interior de la cabeza, obligando al aire de temperatura mayor a salir por los agujeros situados entre los depósitos del techo y garantizando una sensación de confort en este espacio. También proponen la utilización de energía eólica para el mantenimiento de las instalaciones mediante molinos pequeños.
En el concurso no se llegó a tanto nivel de detalle como para proponer materiales pero algunos de los materiales que se podrían utilizar ya que se encuentran en la zona son basalto, ladrillo rojo, piedra calcárea y rocas magmáticas. La utilización de las escorias etneas en otros edificios históricos de la zona, y conocidas localmente como “pómez” aunque este nombre no tiene nada a que ver con el término petrológico, era algo común en el sector nororiental de la isla.