En el articulo que a continuación escribo, pretendo comparar de manera formal la distribución de ciertos edificios en el espacio público. Por un parte encontramos el complejo del Museo de Antropología de la Ciudad de México, por la otra el complejo cultural que rodea el Museo de Historia Cultural de Oslo.
No pretendo enfrentar los dos sitios. Simplemente deseo retomar los elementos que conforman el espacio público, y de cierta forma trata de comprender porque una plaza, parque… puede funcionar y porque en otras ocasiones funciona totalmente diferente.
Si analizamos detenidamente los dos planos presentados en las imágenes anteriores podremos ver en ambos aparecen elementos semejantes ordenando de una forma similar el espacio. En las dos imágenes, una serie de museos (AMARILLO) se acomodan en un espacio y se conectan mediante circuitos peatonales (MORADO). Existen estacionamientos (AZUL) para poder acceder a estos complejos mediante el automóvil también. Lo interesane en ambas dispociones espaciales es que los museos (Museo de Antropología y Museo Rufino Tamayo para La Ciudad De México; Museo Vikingo y Museo de Historia Cultural para Oslo) generan con ellos plazas, espacios de encuentro para la gente.
Es interesante percibir como un comlejo dedicado a la cultura fomenta el espacio público. En un mismo sitio se entrelezan diversos programas, incluso hasta comercio. Este último es igual de importante que los demás, puesto que se llevan a cambio intercamios de «producto-moneda». Estos modelos a pequeña escala deberian ser empleados a modo de «módulos» para generar ciudad, una ciudad.