La arquitectura moderna nos muestra que existe un “tricampionato”: tradicionalismo, modernidad y racionalismo. Estos tres al mismo tiempo se entrelazan en la realización de formas que a la vez cumplan con la función que se va a ejecutar dentro del edificio.
Dentro del pensamiento moderno existe una “nueva objetividad” la cual induce nuevas dudas en la que uno debe de entender y cuestionarse la forma del edificio y la función mostrando si la función va de acuerdo con la forma y viceversa. Al entender que la función va relacionado con la forma y no al contrario, la arquitectura se vuelve humanista convirtiéndose así en un funcionalismo formal.
Debido al mundo de formas que se ha hecho en la arquitectura moderna los ha llevado a conocer y probar distintos materiales junto con otros métodos de construcción debido a la demanda social; apareciendo tubos cromados, laminas de vidrio, formas cubistas y colores.
Al comprender el manejo de estos materiales, se logran cumplir las exigencias sociales convirtiendo los espacios mas acogedores junto con la decoración que este lleva. La iluminación natural fue otro factor importante. Comenzaron a formar globos de vidrio traslucido, esmaltado, compacto y repelente al polvo los cuales distribuyen la luz en los espacios interiores. Estos estaban diseñados de forma optima para que esta no entre de manera directa y sea perjudicial.
Otra característica de la arquitectura moderna es que las edificaciones deben tener cierta flexibilidad tanto en su interior (planta) como en su exterior (fachada) para que así el edificio pueda ser multifuncional y cumplir las necesidades de distintos usuarios que pudieran llegar a habitar el edificio sin tener que modificar o destruir por completo la construcción, reciclándolo y reutilizándolo.